Mi novela Una tragedia victoriana ha quedado finalista del premio de novela corta Dulce Chacón.
¡Agradecido y feliz como conejo campestre! Sabía que ese perro aristócrata y ese gato sibilino y esa esposa adúltera y ese pintor buscavidas y ese policía travestido y, en fin, esa vasija egipcia, estaban llamados a grandes cosas.
El acto preparado por el Ayuntamiento de Brunete, bonito y emotivo. Hay que agradecerles que en estos tiempos raros, en los que la cultura y la creación se consideran adornos prescindibles, haya administraciones que aún reserven una parte de su presupuesto para promocionar estas actividades.